El nuevo líder del PSOE lo es por su gran capacidad de ver, sintentizar y plasmar sobre un papel lo que la sociedad reclama. Transformarse para liderar un movimiento que sobrepasa su figura. El 15M del PSOE le ha devuelto al despacho más importante de Ferraz.

Ayer regresó al Congreso, el lunes se instala en Ferraz. Sánchez está de vuelta. El 18 de junio, el PSOE tendrá una nueva dirección cuya máxima tarea será la de unir a un partido dividio en dos. Las elecciones municipales y autonómicas se vislumbran en el horizonte y solo un partido unido alrededor de un programa y unas ideas concretas, puede tener opciones de revalidar y hacerse con nuevos gobiernos.

Ahora, el PSOE tiene un líder que por una razón u otra, es visto por la sociedad como un tipo de palabra, con valores y que no busca aferrarse a un cargo. Por fin, los socialistas tiene en Ferraz a alguien con carisma que es capaz de llenar teatros, auditorios y plazas tan solo con su presencia. Pedro Sánchez ha ganado las primarias porque ha entendido el tiempo político por el que está atravesando el planeta configurando un discurso que los otros candidatos a las primarias no han tenido.

Su «no es no», fruto más de una estrategia de defensa contra aquellos sectores del partido que reclamaban un relevo en la secretaría general, que de unos valores establecidos, ha conformado el eje de su campaña. Asimismo la política de alianzas, entendiendo el mensaje de una militancia que mayoritariamente no ve con malos ojos un pacto con Podemos, y una nueva concepción del partido, ajustándolo al siglo XXI, ha creado un mensaje que ha sido calificado por personas de su mismo partido, como radical. Curioso.

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Sánchez ha ganado porque ha sabido amoldar su pensamiento al mismo tiempo que la sociedad ha evolucionado. La militancia del PSOE es de izquierdas. Ni de centro-izquierdas, ni de extrema-izquierdas. De izquierdas. Sin más. Por ello, su única oportunidad de volver al partido era elaborando un mensaje que significara la renovación de su partido. Atrás quedan los asesores socioliberales, lejos queda ya la reforma del artículo 135, Sánchez se ha rodeado de personas que siempre han representado el ala más de izquierdas del partido. Manuel Escudero, Tezanos, Tapias, Borrell, Narbona… son sus nuevas espadas, de un equipo que buscará renovar al partido.

Pedro abandera un proyecto que va más allá de su figura. Es el ánimo, las ganas, el ímpetu de muchas personalidades, de muchos militantes que quieren abrir las puertas y ventanas de su partido y transformarlo, renovarlo a las necesidades de hoy en día. Es un movimiento, que la sociedad en su conjunto ya tuvo hace seis años (15M) y que la pasada semana el PSOE lo escenificó. Sánchez solo ha sabido estar en el lugar preciso y hacer lo adecuado.

Es la hora, el momento. Si el nuevo líder consigue poner en práctica las ideas que fueron plasmadas en su programa para las primarias, contará con el respaldo de sus bases, votantes y por ende, no será extraño que llegue a la Moncloa más pronto que tarde.

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