Escocia y Cataluña siguen de actualidad política, y en ambos casos esta guarda relación con el debate en torno a la organización territorial, bien sea por el sentido ideológico del nuevo ejecutivo autonómico, en el caso catalán, o por la petición por parte del gobierno escocés de un segundo referéndum de independencia.

Además, en este 2018 se cumplen 20 años de la proclamación por parte de ETA de su última tregua en el siglo XX, así como de los Acuerdos de Viernes Santo en Irlanda del Norte. Y estas no son las únicas analogías geográficas, históricas y políticas en esta esfera entre España y Reino Unido. Analicémoslas.

El modelo de organización territorial de ambos países es el unitario descentralizado

En decir, en ambos casos se respeta la autonomía de los territorios subestatales, pero el conjunto de la soberanía (poder no sometido a otros) pertenece al poder central (Madrid y Londres). Es decir, en el momento en que el poder central así lo desee, el autonomismo desaparece o se modifica.

Además, el ordenamiento jurídico es originariamente centralista en ambos casos; no obstante, este permite a los entes subestatales -si sus dirigentes así lo desean- alcanzar el estatus autonómico.

Estados plurilingües

En España se hablan siete idiomas, entre los oficiales y los que no lo son: castellano, gallego, catalán-valenciano, euskera, occitano, astur-leonés y aragonés. Si integramos a Portugal y a Gibraltar dentro de la esfera identitaria hispanoeuropea, tenemos que añadir el portugués y el inglés.

En Reino Unido, aparte del inglés se hablan el galés, el gaélico escocés, el idioma escocés, el córnico y el manés (la isla de Man no es formalmente parte de Reino Unido, pero sí es una dependencia de la corona británica). A ello hay que sumar, dentro del conjunto del espacio británico, al irlandés hablado en la república de Irlanda.

Castilla-Inglaterra

España y Reino Unido, que son actualmente dos reinos europeos, tienen dos naciones dominantes cuya identidad se confunde con la del conjunto del país: Castilla e Inglaterra, territorios que antaño también fueron monarquías. La confusión toponímica ocurre especialmente en el caso británico. Además, el principal sujeto de construcción nacional es cada uno de estos territorios. De hecho, el principal idioma de España y Reino Unido es, respectivamente, el castellano y el inglés.

La influencia de estos territorios va más allá de su ámbito más cercano, pues en todas las excolonias españolas y británicas se habla, en mayor o menor medida, castellano/español e inglés, como consecuencia de las conquistas ultramarinas emprendidas en la Edad Moderna (Castilla) y Contemporánea (Reino Unido, pero siendo Inglaterra el actor dominante).

Euskadi-Irlanda del Norte

Ambos lugares vivieron décadas de violencia hasta que el secesionista IRA anunció el cese definitivo de la violencia en 2001, mientras que la también separatista ETA lo haría una década después. Ambas organizaciones terroristas, de signo socialista, tuvieron dos brazos políticos: el Sinn Féinn y HB (junto a sus sucesores hasta Sortu). En ambos casos la mayor parte de la población es unionista.

Cataluña-Escocia

A diferencia de los casos norirlandés y vasco, el conjunto del independentismo catalán y escocés ha sido pacífico (con excepción de la más débil y efímera Terra Lliure en Cataluña). En ambos casos, las fuerzas gobernantes -SNP, en Escocia; y ERC y CDC (y sucesores), en Cataluña- han pivotado en torno al centro político.

Frente al referéndum legal de septiembre de 2014 en el norte de Gran Bretaña, el catalán del 1-0 fue claramente inconstitucional. Los porcentajes de apoyo a la independencia en ambos casos se sitúan en torno al 45%, tanto en Escocia (un 44% de los participantes en la consulta de 2014 optaron por la independencia) como en Cataluña (a partir de las distintas encuestas publicadas a lo largo de esta última década).

Por otro lado, mientras que Escocia fue reino, Cataluña, al igual que Euskadi, nunca lo ha sido.

Galicia-Gales

Aparte de haber sido reinos independientes en el pasado, de coincidir en las tres primeras letras de los respectivos topónimos, en la pertenencia al marco geográfico celta o a un clima de tipo oceánico, Galicia y Gales comparten la tenencia de una renta per cápita inferior a la media de su país, la existencia de una situación diglósica en su territorio, así como un menor apoyo a la causa nacionalista: BNG y la también galleguista En Marea suman 20/75 escaños en O Hórreo, mientras que los independentistas de Plaid Cymru obtuvieron 12/60 asientos en la Asamblea Nacional de Gales en los últimos comicios autonómicos.

Portugal-Irlanda

Ambos territorios, independientes y también reinos en el pasado, no forman parte del espacio jurídico hispano ni angloeuropeo.

La antigua Lusitania fue una provincia de la Diocesis Hispaniorum creada por Diocleciano en 297 d. C.. Portugal era uno de los reinos hispanocristianos en la Edad Media. Se separó de Castilla en 1143. Volvió a formar parte de la Monarquía Hispánica entre 1580 y 1640. Desde entonces, los portugueses nunca más volvieron a formar parte del  ámbito jurídico hispánico y han estado en buena medida, y curiosamente, dentro de la órbita política y comercial británica.

Por su parte, Irlanda, geográficamente británica, fue conquistada por los ingleses en el siglo XII, se separó de Reino Unido (salvo su franja norte) en 1921. La diferencia con los lusos es esencialmente lingüística: mientras que el inglés es la lengua materna del 98% de los irlandeses, ningún portugués de ascendencia lusa habla castellano como primera lengua.

Commonwealth más Estados Unidos-Latinoamérica

Los territorios de ultramar ya independendizados son fuente de interés desde el punto de vista identitario. En los territorios no británicos de la Mancomunidad de Naciones (países cuya jefa de Estado es la reina de Inglaterra) y en la república de EE.UU. el nacionalismo de Estado dominante es de base criolla, es decir, está auspiciado por los descendientes de británicos: la identidad es la raza blanca, el inglés, el protestantismo y el sistema democrático. La gran mayoría de votantes de Trump son un buen ejemplo.

Por su parte, también antiindigenista y de base criolla (pero con elementos castellanos y españoles) es el nacionalismo de Estado dominante en los países latinoamericanos: raza blanca, castellano/español, catolicismo y el capitalismo clientelar. El pinochetismo sociológico, a pesar de sus matices liberalizadores en lo económico, es otro buen exponente de ello.

Epílogo

En conclusión, observamos muchas curiosidades identitarias y jurídico-territoriales entre España y Reino Unido. Las diferencias más sustanciales, aparte de lo ya explicado en la comparativa luso-irlandesa, son, en primer lugar, que España ya no posee territorios de ultramar, mientras que los británicos aún mantienen a catorce. Por otro lado, Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte son las naciones contitutivas de Reino Unido.

En nuestro caso, la Constitución de 1978 solo reconoce como nación a España, dejando a cada Estatuto que decida libremente denominar a cada comunidad autónoma nacionalidad o región. Además, Cataluña, Euskadi y Galicia (nacionalidades históricas, las tres) no son las únicas CC.AA., pues hay otras catorce más, aparte de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

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