Los resultados de las elecciones celebradas en Uttar Pradesh dieron como vencedor indiscutido al primer ministro indio, Narendra Modi. El Partido Bharatiya Janata (BJP) ganó con un margen tan amplio que no fue necesario un gobierno de coalición, tal como ocurrió en las elecciones legislativas nacionales que aseguraron el mandato de Modi en 2014.

Los 312 escaños obtenidos en la Cámara Baja del Parlamento regional (estatal) superan el récord histórico de 309 del Partido del Congreso (INC, por sus siglas en inglés) conseguido treinta años atrás luego del asesinato de su líder, la primera ministra Indira Gandhi.

Los resultados del INC y del actual gobierno regional, Partido Samajwadi (SP), no lograron superar la cifra de tres dígitos del BJP. La coalición anti-Modi compuesta por los dos partidos opositores obtuvo 54 escaños mientras que el SP por cuenta propia consiguió 18 escaños más. Incluso sumándolos, ni el SP ni la alianza son una oposición real para el partido ganador.

Modi fue el líder de la campaña del BJP en Uttar Pradesh. El candidato del BJP pasó desapercibido durante este tiempo ya que en la contienda electoral se disputaba algo más importante que el gobierno de un Estado. Las elecciones regionales iban a ser el barómetro para medir el grado de aceptación popular con que cuenta su jefe y la nueva dirección del partido, aseguraban los expertos.

Ellos mismos lo calificaron como “el referéndum de Modi”, que ponía a prueba la gestión nacional y delineaba su programa de acción en el corto y mediano plazo. En lo inmediato, significaba derrotar nuevamente al INC, lo que le daría mayor libertad de acción durante su mandato y de cara a los comicios de 2019.

En sus discursos de campaña, el por entonces candidato opositor al tradicional ICN proponía llevar adelante reformas estructurales para potenciar el crecimiento económico indio. Una de sus frases características era “mínimo gobierno, máxima gobernabilidad” para aludir a la atracción de inversiones, privatización de empresas y libertad de acción para el sector privado, entre otras medidas.

Hoy, el foco está puesto en la defensa de los sectores oprimidos y en la lucha contra la corrupción. Como menciona The New York Times, el líder del BJP se autodenomina “el campeón de los pobres”, el único capaz de resolver los problemas de India, de devolverle al pueblo las riquezas que el INC les han robado.

El líder del BJP supo explotar en la última campaña una vez más sus humildes orígenes. “El exvendedor de té que venció a la dinastía Gandhi”, titulaba la BBC tras su victoria en el 2014. Uttar Pradesh es un estado del norte donde la mayoría de la población es rural y el 29.1% vive en condiciones por debajo de la línea  del umbral de la pobreza.

La tradición política surgida en la región producto de la discriminación positiva ya generaba presión y cuestionaba el rol del otro partido de alcance nacional, el INC. El factor de identificación no bastaba para vencer a sus contendientes (no se sabe muy bien qué significado encierra la expresión “factor de identificación”). El académico Agustín Paníker explica que las grandes castas agrícolas supieron capitalizar su gran peso demográfico y canalizar sus demandas a través de los partidos.

La discriminación positiva a partir de los años noventa, encaminada a rescatar de la pobreza a las castas más desfavorecidas –no a los llamados intocables–, hizo posible la aparición de tres partidos regionales que se  integraron en el sistema a los nuevos votantes. Desde entonces, el SP, el Partido Bahujan Samaj -dalits o ex-intocables- y el Baratiya Jana Sangh, se turnan en el poder.

A esto le sumó el grado de incorruptibilidad que distingue al BJP de sus rivales políticos para conseguir el consenso necesario para ganar las elecciones. El símbolo del cambio, de esa cuota de esperanza y expectativa todavía latente desde el 2014, fue explotado estratégicamente por Modi ante el creciente rechazo popular asociado a la continuidad de prácticas que solo benefician a la cúpula gubernamental.

A pesar de contar con un contexto económico propicio para cumplir con lo prometido y lo esperado por sus votantes, la prudencia acordonó la política económica de Modi. Los esfuerzos políticos del primer ministro están dirigidos a consolidar su poder personal y el del partido a escala regional, de modo que impacte en el escenario nacional, sostiene el investigador Nicolás de Pedro.

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Según la Agencia Efe, la composición de las asambleas regionales, donde se eligen los senadores nacionales, es “determinante para el éxito del BJP, que no tiene en la Cámara Alta una mayoría que le permita aprobar las leyes que considera necesaria para aplicar sus reformas”.

El INC, que sí tiene la mayoría en el Senado, limita la capacidad del partido de Modi para materializar medidas más significativas. Por ese motivo, las dos iniciativas legislativas más ambiciosas del Gobierno -la creación de un impuesto al consumo unificado para toda India y una reforma relativa a la adquisición y expropiación de tierras- están en suspenso hasta generar el consenso necesario, asegura de Pedro.

Con esta victoria, el BJP se aproxima a ser la fuerza hegemónica y contar con los apoyos necesarios para llevar a cabo grandes modificaciones en el ámbito económico. Aunque las elecciones se llevaron a cabo en cuatro estados más simultáneamente –Uttarakhand, Punjab, Manipur y Goa-, Uttar Pradesh es el más poblado de India, con más de 200 millones de personas, y en consecuencia, el más representado en la Cámara Alta con 31 senadores nacionales.

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